LAS GRANDES EMPRESAS PAGAN AL FISCO EL 6,9% DE LO QUE GANAN
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El tipo efectivo sobre la base imponible asciende al
19,2%, por encima del gravamen medio que pagan los trabajadores y la mayor tasa
desde 2010
A pesar de que esta tasa del 6,9%
resulta nimia comparada con el tipo nominal del impuesto de sociedades del 30%
que estaba vigente en 2014, es la mayor de, al menos, los últimos siete años.
Es casi el doble que el 3,8% que pagaron en 2011, con el anterior Ejecutivo
socialista.
Las críticas por lo poco que pagan los
grandes grupos empresariales que consolidan su contabilidad son frecuentes y
numerosas. Sin embargo, si se tiene en cuenta los ajustes que realizan por los
resultados de las filiales ya declarados y que por tanto ya han pagado
impuestos (73.834 millones), los que abonan las sucursales en el extranjero
(17.447 millones), y las bases imponibles negativas de periodos anteriores
—pérdidas contables de otros años que se descuentan a efectos fiscales— (unos
5.432 millones) el tipo efectivo sube al 19,2%. Los trabajadores pagan de media
en el Impuesto sobre la Renta un 16,64%. Las empresas más pequeñas pagan en
sociedades como promedio un 13,9%.
El impuesto de sociedades es uno de los
tributos más sensibles a las turbulencias de la economía. Entre 2007, justo
antes de la recesión, y 2014, la recaudación de este impuesto disminuyó cerca
de un 60%. Casi ocho años después del inicio de la Gran Recesión aún no se han
recuperado los niveles de recaudación de entonces que rondaban los 44.800
millones. El año pasado el Estado ingreso 20.649 millones, un 10,3% más que en
2014 por el sustancial aumento de los beneficios empresariales.
Es habitual que los grandes grupos
aprovechen los vericuetos que deja la normativa fiscal para reducir al máximo
el pago de impuestos. Incluso se traspasan los beneficios de forma legal a
otros países con fiscalidad más baja para cargar en España la mayor parte de
los gastos deducibles. Además, durante los años de crisis muchas empresas
acumularon pérdidas que ahora pueden deducirse para reducir su factura fiscal,
aunque con límites.
A pesar de que esta tasa del 6,9% resulta nimia
comparada con el tipo nominal del impuesto de sociedades del 30% que estaba
vigente en 2014, es la mayor de, al menos, los últimos siete años. Es casi el
doble que el 3,8% que pagaron en 2011, con el anterior Ejecutivo socialista.
Las críticas por lo poco que pagan los grandes
grupos empresariales que consolidan su contabilidad son frecuentes y numerosas.
Sin embargo, si se tiene en cuenta los ajustes que realizan por los resultados
de las filiales ya declarados y que por tanto ya han pagado impuestos (73.834
millones), los que abonan las sucursales en el extranjero (17.447 millones), y
las bases imponibles negativas de periodos anteriores —pérdidas contables de
otros años que se descuentan a efectos fiscales— (unos 5.432 millones) el tipo
efectivo sube al 19,2%. Los trabajadores pagan de media en el Impuesto sobre la
Renta un 16,64%. Las empresas más pequeñas pagan en sociedades como promedio un
13,9%.
El impuesto de sociedades es uno de los tributos más
sensibles a las turbulencias de la economía. Entre 2007, justo antes de la
recesión, y 2014, la recaudación de este impuesto disminuyó cerca de un 60%.
Casi ocho años después del inicio de la Gran Recesión aún no se han recuperado
los niveles de recaudación de entonces que rondaban los 44.800 millones. El año
pasado el Estado ingreso 20.649 millones, un 10,3% más que en 2014 por el
sustancial aumento de los beneficios empresariales.
Es habitual que los grandes grupos aprovechen los
vericuetos que deja la normativa fiscal para reducir al máximo el pago de
impuestos. Incluso se traspasan los beneficios de forma legal a otros países
con fiscalidad más baja para cargar en España la mayor parte de los gastos deducibles.
Además, durante los años de crisis muchas empresas acumularon pérdidas que
ahora pueden deducirse para reducir su factura fiscal, aunque con límites.
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